Tras la que fue mi primera experiencia como voluntaria en un evento deportivo como fue el caso de la Carrera Ponle Freno 2013,he querido repetir.
De nuevo,como entonces,en Madrid.
Esta vez no era una motivación afectiva ni reinvindicativa la que me llevaba como entonces,cuando así quise recordar a esa víctima mortal de la violencia viaria que fue mi padre.Víctimas siguen sumándose a una lista a la que ojalá pusiéramos freno con carreras...pedestres.Una lista que ayer engrosó una familia al completo conformada por 5 personas a las que,al parecer,las prisas y las inclemencias meteorológicas han puesto freno a su hoy.
Mayor,pues,mi valor ayer cuando,hija de una víctima de la carretera,me puse en ella a las 5 de la madrugada y con una imagen como la que ilustra este párrafo ¡nevaba un 28 de abril,sí! nevaba y yo sentía pereza y miedo.
Mas sólo hay una forma de combatir ambos:¡plantándoles cara !
Y eso es lo que hice,haciendo camino hacia ese Madrid que tanto me gusta cuando es amable,acogedor,dinámico,crisol de culturas presentes.
Y así,a Madrid llegué puntual a la cita.Era a las 7 en punto de la mañana y en lugar tan estratégico como Cibeles.Allí había sido citada para prestar mi voluntaria colaboración en Madrid Maraton & 1/2.
Previamente,y animada por mi anterior experiencia en la carrera Ponle Freno-noviembre 2012-me había ofrecido a la organización que me había aceptado y adjudicado tareas en guardarropía.Ya tenía experiencia pues justo es lo que había hecho anteriormente.Para colmo,iba a compartir tarea voluntaria con quienes ya lo hice-Cristina y Andy- y tras ello mantengo cordial relación online.
Esta vez,al incrementarse el número de corredores participantes-15000 Ponle Freno y 26000 Madrid Maratón-y ser diferente organización,también lo sería el servicio de guardarropía puesto que se habían habilitado 12 camiones al efecto.En ellos iríamos colocando las mochilas de los corredores que éstos recogerían al terminar su carrera.
Siempre maniática de los impares,propuse a Andy que optásemos por el ropero 7 y por dejar a los varones la labor-para alguno ardua-de subir al camión y ser ellos quienes colocasen ordenadamente los enseres depositados.Andy y yo nos encargaríamos de etiquetarlos adecuadamente así como de la atención al usuario.
Mas el hombre propone...y mujeres como Andy disponen.Disponen bien y ordenan lo que aquellos no han sido del todo capaces de lograr.Máxime si,como ocurrió en la presente experiencia,hubimos de trabajar en precario puesto que las etiquetas a pegar en mochilas y dorsales se despegaban ipso facto y tuvimos que recurrir al ingenio espontaneo de escribir con rotulador el número identificativo en cada bolsa y dorsal.Cierto que ello garantizó el reembolso de las pertenencias a cada corredor,sí,pero también dilató un tiempo para algunos de éstos vital-qué pena no lo hubieran pensado antes evitando,como siempre,el último minuto y,con él,la nada deportiva falta de respeto a quienes allí estábamos trabajando para ellos VOLUNTARIAMENTE -y que generó más de un enfado que me hizo suponer que más de uno,con las prisas,se había dejado en casa su espíritu deportivo...amén de su educación.
Con todo,lo importante es que,pese a no haberme sentido tan cómoda y bien acogida por una organización que quizá en este caso y por no tratarse de una causa solidaria,no fue profusa en habilidades sociales,yo sí aprendí en Madrid Maratón & 1/2. Lo hice dando,voluntariamente,pero recibí mucho más.Recibí sonrisas de mis otros compañeros voluntarios.Recibí el reconocimiento y gratitud de algún que otro corredor que sí valoró a quienes en determinados momentos sentimos que íbamos a ser pasto de la violencia...y no terrorista,sino fundamentalista de ciertos mal llamados deportistas.
Lo importante es que,pese al frío meteorológico y a la frialdad humana de unos pocos,mereció la pena el esfuerzo y hoy puedo seguir diciendo ¡¡¡ ME GUSTA MADRID !!!
Lo demás...pelillos al Manzanares